Ha muerto madre
por temor a equivocarse.
Ojos azules bajo tierra gris
y el hábito limpio para el viaje.
Se llevó la gracia de todo lo bueno
que se encierra en las cosas.
Una madre árbol, sin madre
en la posada yerma,
huérfana de pan en la mañana.
Hombres a la deriva,
el grito de las bestias,
dolor sin piedad, un cuerpo roto.
Mi madre es mármol y ave,
su foto negra habita los bolsillos
y el olor de su piel la memoria.
Todavía, cuando llueve por dentro,
todo el cielo es noche,
y la veo tender la ropa en el patio.
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